Oh Cristo
Tú sabes lo difícil que me resulta avanzar en el camino
sabes cómo se han ensañado contra nosotros los enemigos.
Tú sabes, oh Salvador mío
cuán débil e ignorante soy como hombre.
¿No soy yo, me parece,
el menor de todos, el más pequeño de los hombres?
Derrama hoy tu misericordia sobre mí, oh Rey y Dios mío.
Oh Salvador mío
que tu bondad supla mis carencias y defectos
que haga de mí un hombre entero
tu testigo que nunca carece de confianza.
Que me eleve hoy, siervo tuyo,
en tu presencia, Verbo hecho hombre.
arrebatado por tu poder de la condena y los reproches de mis adversarios,
que cante Rey y Señor, oh Cristo Maestro, Amigo de los hombres por los siglos de los siglos.
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