Modificado : sáb. 13 nov. 2021 - 08:56 (UTC +1)
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Santos ProtecciónFórmula de bendición de la medalla de San Benito. Son innumerables las gracias, espirituales y temporales, obtenidas recurriendo a la medalla de San Benito. Por supuesto, esto no es un talismán y no debe usarse supersticiosamente. Siempre es la misericordia divina la que debe invocarse con confianza, por los méritos de San Benito.
La medalla de San Benito tiene una cruz en una cara. Entre las ramas de la cruz están las iniciales:
C.S.P.B. - Crux Sancti Patris Benedicti - Cruz del Santo Padre Benedicto. Luego, en la cruz, se escriben las iniciales de los siguientes versos:
En la rama vertical:
Crux Sacra Sit Mihi Lux - Que la santa cruz sea mi luz.
En la rama horizontal:
Non Draco Sit Mihi Dux - Que el dragón no sea mi guía.
En el borde, desde la parte superior derecha:
Vade Retro Satana, Nunquam Suade Mihi Vana - Retírate, Satanás, nunca me aconsejes tus vanidades.
Sunt Mala Quae Libas, Ipse Venena Bibas - Las bebidas que ofreces son malvadas; bebe tú mismo tus venenos.
En la parte superior de la medalla, en el centro, el monograma de Cristo IHS. Son las tres primeras letras del nombre de Jesús en mayúsculas del alfabeto griego. En su lugar se ve a veces la palabra PAX, que se ha convertido en un lema de la orden benedictina.
El reverso de la medalla debe reproducir la efigie de San Benito. Suele estar rodeado de una leyenda.
Cada viernes, la medalla de San BENOIT debe ser bendecida de nuevo con la siguiente fórmula:
Te exorcizo por + Dios Padre Todopoderoso, que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que contienen: Que todo poder del enemigo, toda fuerza armada del demonio, toda incursión y toda fantasía de Satanás sea arrebatada y expulsada de esta medalla, para que a todos los que la usen les proporcione la salvación del alma y del cuerpo. En el nombre + del Padre Todopoderoso, y + de Jesucristo Nuestro Señor, y + del Espíritu Santo Consolador, en el amor de este mismo Señor Jesucristo, que vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos y hará pasar al mundo por el fuego.
+ Amén.
+ Dios todopoderoso, dispensador de todo bien, te rogamos, por medio de (Nuestro Padre) San Benito, que concedas tu bendición a esta medalla, para que todos los que la lleven y se apliquen a las buenas obras merezcan obtener la salud del alma y del cuerpo, la gracia de la santificación y las indulgencias que nos han sido concedidas; para que, con la ayuda de tu misericordia, escapen de todas las asechanzas y engaños del diablo, y un día aparezcan santos y sin mancha ante tu rostro. Por Cristo, Nuestro Señor.
+ Amén.
Las gracias, tanto espirituales como temporales, que se obtienen con el uso de la medalla de San Benito son innumerables. Por supuesto, no es un talismán y no debe utilizarse de forma supersticiosa. Es siempre la misericordia divina la que debe ser invocada con confianza, a través de los méritos de San Benito.
Se aconseja rezar varias Ave y Gloria y las oraciones grabadas en la medalla: "Que la Santa Cruz sea mi luz, y que el Dragón no sea mi líder. Retírate Satanás, no vengas a aconsejarme con vanidades; la bebida que viertes es el Mal, bebe tus propios venenos".
La Medalla debe ser bendecida e indulgente por un benedictino o por un sacerdote que haya recibido el privilegio especial para ello. Cualquier persona que lleve habitualmente la Medalla en su persona puede ganar la Indulgencia Plenaria bajo las condiciones habituales (confesión, comunión, oraciones por las intenciones del Sumo Pontífice).
1. Protección contra el demonio - En las casas encantadas, que se habían vuelto inhabitables, bastaba con colocar una medalla de San Benito en una de las paredes para que la infestación cesara inmediatamente.
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Los santos son criaturas divinas de diferentes categorías: Ángeles y Arcángeles, Querubines y Serafines, Patriarcas y Matriarcas, Profetas y Mártires, Apóstoles y Evangelistas, Laicos y Sacerdotes comprometidos, Obispos y Papas, Héroes y Heroínas de la fe, Vírgenes y Doctores de la Iglesia, Beatificados del Señor...
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Las oraciones de protección son oraciones que pretenden proteger de la acción de las fuerzas del mal, como su nombre indica. Los secuaces del maligno y todos sus engendros se dedican a atacar a los hijos de Dios. Al orar regularmente por la protección divina, te pones bajo la protección del Altísimo, el que está por encima de todo, el que ante el que se dobla toda rodilla. Así, al rezar las oraciones de protección, Dios aniquila para ti, de una manera u otra, todos los ataques de las fuerzas malévolas.
Al usar el poder de Dios para protegerte, puedes embarcarte en tus esfuerzos con la confianza de que tendrás éxito, porque Dios se ocupará de las fuerzas negativas que intenten perjudicarte.
Todos conocemos el adagio que dice "el enemigo nunca duerme". touteslesprieres.com reúne a través de la palabra clave protección, todas las oraciones de protección que pueden serle útiles para tal o cual situación de la vida.
Con estas oraciones, recurre con seguridad a la protección del Todopoderoso, que derribará todas las entidades que intenten obstaculizar tus proyectos y tus empresas.
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