Modificado : sáb 13 nov 2021 a. m. a. m.4 08:56 (UTC +1)
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Letanías Capilla Novena riqueza Santa Teresa de Lisieux
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo, escúchanos.
Cristo, escúchanos.
Padre celestial, que eres Dios, ten piedad de nosotros.
Hijo, Redentor del mundo, que eres Dios, ten piedad de nosotros.
Espíritu Santo, que eres Dios, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Santa María, inmaculada en tu concepción, ten piedad de nosotros.
Santa María, Madre de Jesús y Madre nuestra, ruega por nosotros.
Santa Teresa, a quien Dios colmó de gracias desde tu más tierna infancia, ruega por nosotros.
Santa Teresa, como los ángeles en tu inocencia, ruega por nosotros.
Santa Teresa, esposa elegida del Señor, ruega por nosotros.
Santa Teresa, nueva flor del Carmelo, ruega por nosotros.
Santa Teresa, insensible a los bienes y deleites de la tierra, ruega por nosotros.
Santa Teresa, cuya pureza nunca ha sido empañada por ninguna falta, ruega por nosotros.
Santa Teresa, modelo perfecto de obediencia, ruega por nosotros.
Santa Teresa, muy devota del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
Santa Teresa, humilde sierva del Señor, ruega por nosotros.
Santa Teresa, víctima del amor divino, ruega por nosotros.
Santa Teresa, confiando plenamente en Dios, ruega por nosotros.
Santa Teresa, ardiente de celo por la salvación de las almas, ruega por nosotros.
Santa Teresa, digna hija de tu madre espiritual Santa Teresa, ruega por nosotros.
Santa Teresa, pequeña flor de nuestro Señor, eternamente florecida en los jardines celestiales, ruega por nosotros.
Santa Teresa, que haces descender sobre el mundo un abundante suministro de bondad, que llamas las rosas de tu amor por los hombres, ruega por nosotros. Santa Teresa, poderosísima protectora de todos los que te invocan, ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros. V). Ruega por nosotros, Santa Teresa del Niño Jesús. R). Para que seamos dignos de las promesas de Cristo. Recemos. Oh Dios, que adornaste a tu sierva, Santa Teresa, con el don de los milagros, concédele, te rogamos, por su intercesión, la gracia de servirte siempre, a su ejemplo, con espíritu de confianza y humildad. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Que así sea.
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Las letanías son oraciones caracterizadas por la repetición cantada de peticiones de intercesión. Estas peticiones de intercesión se dirigen generalmente a la Virgen María, al Sagrado Corazón o a los Santos y tienen por objeto solicitar su intercesión ante Dios.
¿Cuándo recitar las letanías y para qué sirven?
Las letanías se recitan generalmente de forma individual en función de la dificultad para la que se desea pedir ayuda, en grupo (en familia o en grupos de oración...) y en ciertas ceremonias litúrgicas solemnes de la Iglesia católica.
Las Letanías de los Santos, por ejemplo, se cantan durante la Vigilia Pascual, en las ceremonias de bautismo, en las ordenaciones sacerdotales o episcopales y en la fiesta de los Santos (Todos los Santos).
El rezo de las Letanías está previsto, en particular, durante la Vigilia Pascual, antes de la bendición del agua bautismal, y también durante la celebración del bautismo y de las ordenaciones al orden sagrado del episcopado, del presbiterado y del diaconado, así como en el rito de la consagración de las vírgenes y de la profesión religiosa en el rito de dedicación de una iglesia y de un altar, durante las rogativas, en las misas de estación y en las procesiones penitenciales, para alejar al Maligno en los exorcismos y, finalmente, para encomendar a los moribundos a la misericordia de Dios.
Las letanías de los santos, que contienen elementos tanto de la tradición litúrgica como de la piedad popular, ilustran la confianza de la Iglesia en la intercesión de los santos y ponen de relieve su experiencia de la comunión que une a la Iglesia en la Jerusalén celestial y a la Iglesia que peregrina aún en la tierra. Está permitido invocar en las Letanías de los Santos los nombres de los que figuran en los calendarios litúrgicos de las diócesis y de los institutos religiosos.
Es evidente que está prohibido insertar en las Letanías los nombres de personas cuyo culto no está reconocido.
Ver todas las oraciones del tema : Letanías
Según el Larousse, el rosario es un objeto de devoción que consiste en una especie de collar de granos ensartados, que se pasa sucesivamente por los dedos, recitando ciertas oraciones, en particular, entre los católicos, el Credo, el Pater y el Ave María.
El rosario se utiliza en varias tradiciones religiosas (con diferentes nombres). Se utiliza para contar las oraciones recitadas repetidamente mientras se descascarillan los granos.
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Una novena es una oración que se hace en 9 días sucesivos. A través de este tipo de oración, se pide por la intercesión de un santo, un ángel, la Virgen María o directamente a Dios mismo, un favor. Numerosos testimonios en todo el mundo muestran la eficacia de las novenas cuando se hacen con una fuerte fe.
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Considerada la mayor santa del siglo XX, Santa Teresa de Lisieux (de su nombre familiar Therese Martin), nació el 2 de enero de 1873 en Alençon (Orne) en Francia. Murió a la edad de 24 años, el 30 de septiembre de 1897 en Lisieux (Calvados), Francia.
Tras la muerte de la madre de Thérèse Martin cuando ésta tenía 4 años, su padre, Louis Martin, se trasladó a Lisieux en 1877 a la casa de Les Buissonnets, donde Thérèse pasó su infancia.
Thérèse ingresó en el convento carmelita de Lisieux en 1889, a la edad de 15 años, y, a pesar de su extrema juventud, alcanzó las cumbres de la vida mística. Por obediencia, a instancias de su superior, escribió sus memorias en las que insertaba su doctrina.
Teresa relató así las etapas de esta ascensión en su "Historia de un alma", revelando, al mismo tiempo que el ardor de su fe, un asombroso conocimiento de las escrituras y de la teología. Este libro, publicado un año después de su muerte, ha sido traducido a más de 60 idiomas. Gracias a ella, el mundo entero descubrió las grandes cualidades de su carácter y el misterio de su vida interior con Dios.
En este libro, el "pequeño camino" de Santa Teresa nos enseña cómo alcanzar y lograr la santidad en la vida diaria, no a través de actos extraordinarios, sino a través de la monotonía de pequeños sacrificios ofrecidos a Dios por amor.
Teresa murió a los 24 años, el 30 de septiembre de 1897, de tuberculosis, en el convento carmelita de Lisieux, donde había ingresado a los 15 años. Su tumba atrajo a los fieles y pronto se atribuyeron a su intercesión hechos milagrosos.
Tras un juicio ordinario en el Tribunal de Roma, Teresa Martín fue beatificada el 29 de abril de 1923. Sus restos fueron exhumados del cementerio donde habían permanecido durante 26 años y llevados al Carmelo de Lisieux.
En 1925, fue reconocida como santa por el Papa Pío XI con el nombre de Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, y dos años más tarde, proclamada Patrona de las Misiones. Desde 1944, Santa Teresa es la Patrona Secundaria de Francia.
En 1997, en el centenario de su muerte, el Papa Juan Pablo II declaró a Santa Teresa Doctora de la Iglesia.
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