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Simbolismo Puente

El puente 

Un puente es una estructura o construcción que conecta dos partes o lados opuestos sobre un hueco, un curso de agua, una brecha. Es un pasaje y también un atajo. El puente es un vínculo entre dos lugares geográficos, entre dos pueblos, entre dos culturas. Suprime la frontera. 

Simbólicamente, el puente une los opuestos: el cielo y la tierra, consciente e inconsciente, la vida terrestre y el más allá. Cuando el puente toma la forma de un arco, y en particular de un arco iris, marca la alianza entre la divinidad urantiana y la humanidad. 

En el Génesis, el arca de arriba, el arco iris, se coloca sobre el arca de abajo, el arca de Noé, que contiene toda la vida y navega en las aguas de Chthon. Es una jerogamia entre el Cielo y la Tierra que renueva la creación del mundo. El arca de Noé representa el puente ftoniano invertido en relación con el puente celestial. Es el receptáculo, la matriz. Los dos arcos que están uno encima del otro son una imagen del huevo cósmico. Como pasaje, el puente tiene dos naturalezas. 

Un símbolo de transición y transformación, marca una ruptura entre un estado y otro. Permite el paso a la vida (encarnación) pero también el paso al más allá a través de la muerte. El puente puede ser "peligroso" y su anchura tan delgada que hay un gran riesgo de cruzarlo, especialmente si atraviesa el infierno, como es el caso en muchas religiones, especialmente el Islam. Sin embargo, es el único camino que lleva al Cielo. El papa es un pontífice soberano y tiene este título del Pontifex Maximus, el gran constructor de puentes, el título del más alto sacerdote de Roma en tiempos paganos. Estos pontífices son los intermediarios entre el plano espiritual y el material, entre el Cielo y la Tierra, entre el mundo de los vivos y el más allá.